Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


948
Legislatura: 1882-1883 (Cortes de 1881 a 1884)
Sesión: 16 de enero de 1883
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 23, 494-496
Tema: Elección de Vicepresidentes

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Se ha dado, en mi opinión, a este asunto una importancia muy superior a la que tiene, porque esta es una cuestión de buena fe (Rumores); de buena fe, ni más ni menos: una cuestión que debía resolverse como se ha resuelto siempre que ha ocurrido el mismo caso. ¿Qué hubiera sucedido si las minorías que tienen su representación en la Mesa, un Vicepresidente las de izquierda y un Secretario las de la derecha, y que la tienen con beneplácito de la mayoría, con su ayuda, porque interesa a todos y es justo que la mayoría y las minorías tengan en la Mesa la intervención debida, qué hubiera sucedido, repito, si en vez de haber ocurrido la vacante en los representantes que la mayoría tiene en la Mesa, hubiera ocurrido la vacante en la Vicepresidencia que tiene la minoría de la derecha? ¿Qué hubiera ocurrido? Pues hubiera ocurrido lo siguiente: que la mayoría hubiera dado a las minorías la representación que antes les había dejado, para cubrir las vacantes que la minoría había tenido. (Rumores.) Interrumpid todo lo que queráis; pero ¿es cierto o no? (Una voz en los bancos de la minoría: ¿Qué tiene que ver eso?) Tiene que ver, porque si hay buena fe por parte de la mayoría para dar a las minorías la representación que se les ha concedido, debe haberla [494] igual por parte de las minorías para dejar que la mayoría cubra sus vacantes naturales; a no ser que queráis que la buena fe sólo exista por parte de la mayoría y no de vuestra parte. Esto es de toda evidencia.

Por consiguiente, ¿qué es lo que quieren las minoráis con esas dificultades que oponen a la elección de representantes de la mayoría para cubrir las vacantes de la representación que la mayoría tiene en la mesa? ¿Qué es lo que se proponen? ¿Aumentar su representación? No puede ser, porque ya les hemos dejado la que deben tener. Si trataran de eso, no corresponderían como debían a la buena fe con que la mayoría ha procedido dejándoles una Vicepresidencia y una Secretaría, porque han creído las minoráis que con eso tenían bastante.

Se les ha dado eso y no deben pretender más ahora; se lo hemos dado de común acuerdo mayoría y minoría, y por tanto no deben promover estas dificultades para sacar un representante más, cuando les hemos concedido lo que considerábamos todos bastante. Pues si no se proponen eso, ¿qué es lo que se proponen? Pues se proponen, Sres. Diputados, perturbar el orden de los elegidos; es decir, quieren realizar una intriga contra la mayoría, y la mayoría está en el deber de rechazar con energía la intriga de las minorías. Esta es, ni más ni menos, la cuestión; porque si no se trata de eso, no se trata de nada. Aquí hay otra cosa, la mayoría debe defenderse contra una intriga de la minoría, con valor, decisión y el número de votos.

Puesta la cuestión en este terreno, que es el verdadero, puesta en el lugar que le corresponde, porque no es otro, pasemos a otros puntos. Había dos vacantes de Vicepresidentes, dos vacantes alternadas, no seguidas. ¿Quién duda, Sres. Diputados, que todos los precedentes autorizan que la elección fuera unipersonal, hecha uno por uno? (Una voz en los bancos de la izquierda: Todos los precedentes, no.) Todos los precedentes, porque si no, no hay medio. (Un Sr. Diputado de la izquierda: Dentro de este Reglamento, no.) Sí. (El mismo Sr. Diputado: No hay más que uno.) Me basta con uno; y además era necesario que así fuera tratándose de dos Vicepresidencias alternadas, no seguidas, de un Vicepresidente primero y un Vicepresidente cuarto. ¿Cuál es el espíritu del Reglamento? Que se voten los cuatro, para que sean Vicepresidentes por el orden de votos; pero ¿cómo se hace esto cuando se trata de los Vicepresidentes primero y cuarto? (Una voz en los bancos de la minoría: Según el número de votos.) Pues entonces podrá resultar que el cuarto Vicepresidente tenga más votos que el segundo.

Sea de ello lo que quiera, resulta que estas dificultades de las minorías al voto unipersonal de los Vicepresidentes no tienen otro objeto que perturbar el orden de las Vicepresidencias. ¡Vaya una misión importante, digna, sublime y beneficiosa para el país, que se proponen las minorías! (Risas.)

Si en vez de pensar en esas nimiedades pensarais en cosas más importantes y beneficiosas para la Patria, otra sería vuestra situación, otro sería vuestro porvenir. (Bien, bien.) Todo el día empleado ¿en qué? En que las minorías tengan el gusto de que aparezca en segundo lugar el que la mayoría quiera que aparezca el primero, con lo cual el país ha conseguido un grandísimo resultado.

Tal es la verdad, y de esta manera, con esta base, con este motivo, se ha estado discutiendo todo el día de hoy, tratando de alternar el Reglamento y los precedentes. Esto, señores, no es serio ni formal; permitidme que os lo diga.

Pero es tan evidente para las mismas minorías que no estaban en terreno firme, que no podían explicarse a la provisión de las vacantes los artículos del Reglamento que se refieren a la constitución interina y a la constitución definitiva del Congreso, que creyeron haber puesto una pica en Flandes con sacar otra dimisión, para hacer que las Vicepresidencias vacantes no fueran alternadas, sino seguidas.

Pero como el artículo de Reglamento todavía se refiere a cuatro Vicepresidentes y no a tres, han buscado otra salida habilidosa, maquiavélica; han recurrido al medio de que el cuarto Vicepresidente presentara también su dimisión, para que sean cuatro las vacantes, es decir, para entrar, ya que antes no lo estaban, dentro de la letra del art. 11 del Reglamento.

¿Se puede dar una prueba más evidente de la sinrazón que teníais, o mejor dicho, de la falta absoluta de razón con que habéis promovido este debate con que estamos aquí perdiendo el tiempo?

Ahora decís: "pero ya no se trata de una ni de dos Vicepresidencias alternadas, ni siquiera de tres seguidas, sino de las cuatro, y como el artículo del Reglamento habla de las cuatro, dentro del artículo del Reglamento estamos. " Pues yo sostengo que ni aun así: aun así sucede ni más ni menos que lo que ha dicho elocuentemente y con una claridad que no deja lugar a duda alguna, mi distinguido amigo el Sr. Alonso Martínez.

Podrá votar la Cámara lo que crea más reglamentario; porque advierto que para el resultado de la elección lo mismo da que resulta una cosa que otra, a no ser que la mayoría, en castigo de lo que ha hecho el cuarto Vicepresidente, no quiera volverle a elegir (El Sr. Linares Rivas pide la palabra), en cuyo caso podría suceder que en lugar de tener un Vicepresidente las oposiciones, no tengan ninguno. (El Sr. Romero Robledo: No importa, con tal que se cumpla el Reglamento.) Es verdad; con tal de poner dificultades a la mayoría; pero es igual, la mayoría sabrá responder a esas dificultades. (Varios Sres. Diputados: No, no; es la observancia del Reglamento.) ¿Qué Reglamento, si el Reglamento no os importa nada? (Rumores, protestas, interrupciones.)

Mi criterio es, por punto general, que en el caso de que se suscite una duda reglamentaria, se interprete siempre favorablemente a las minorías; pero para eso es necesario que las minorías estén en un sentido distinto del que ahora las veo (nuevos rumores); que al mismo tiempo que nosotros tengamos toda la benevolencia, toda la generosidad que las mayorías deben siempre a las minorías, es necesario que las minorías tengan respecto de las mayorías una actitud muy distinta de la que ahora están teniendo; que no vengan a ponerles dificultades sólo por el capricho de ponérselas.

Sostengo que ahora, considerada la letra del artículo del Reglamento, puede interpretarse y hacerse la elección dentro de la letra de ese mismo artículo; pero sostengo también que dicho artículo del Reglamento no se ha escrito para las vacantes de Vicepresidencia, sea una, sean dos, sean tres o sean cuatro, y por consiguiente, que el Congreso debe acordar previamente si se han de votar todas a un tiempo, o si las elecciones se han de hacer una por una; y cualquiera [495] que sea la resolución del Congreso, eso será lo válido, lo legal y lo legítimo, porque en nada, absolutamente en nada contraría ninguno de los preceptos del Reglamento actual. Y esto lo digo con tanto mayor motivo, cuanto que aconsejo a la mayoría que conteste a la pregunta del Sr. Presidente, "que sí, " que se haga la elección con arreglo a la letra del mencionado art. 11; pero entiéndase bien que es porque así resuelve la duda la mayoría, no porque el Reglamento lo mande. (Rumores en los bancos de las minorías: muestras de aprobación en la mayoría.) Es una interpretación que favorece por lo visto más a los individuos de la minoría: pues yo aconsejo a mis amigos que lo hagan así; pero repito, que no porque a ello les obligue ningún precepto reglamentario: si no les parece bien, entonces veremos lo que hemos de hacer.

Por consiguiente, Sres. Diputados, el Sr. Presidente hizo muy bien, estuvo dentro de su perfecto derecho al hacer la pregunta que hizo ayer, y el Congreso estuvo también en su perfecto derecho resolviendo lo que ayer resolvió. ¿Queréis la prueba? Pues la ha dado muy brillantemente el Sr. Cánovas del Castillo, diciendo que desde la unión liberal estos artículos ofrecen duda: pues si ofrecen duda, ¿quién aclara esa duda? El Presidente del Congreso. (El Sr. Cánovas del Castillo: Yo no he dicho eso.) Ha dicho S. S. que la primera dificultad de la unión liberal estuvo en ese artículo del Reglamento, y que luego han tenido otros Gobiernos y otras mayorías muchas dificultades que resolver sobre la inteligencia de ese artículo; luego si se vienen dudando desde que se hizo el Reglamento, ¿qué extraño tiene que dudara el Sr. Presidente? Y si el Sr. Presidente dudaba, ¿quién tiene derecho a resolver la duda; más que el Congreso?

El Sr. Presidente estuvo, por lo tanto, en su derecho haciendo la pregunta, y el Congreso en el suyo acordando lo que acordó, como ahora lo está el señor Presidente haciendo otra nueva pregunta, y el Congreso resolviendo lo que tenga por más reglamentario, bien que la elección sea unipersonal, o bien que se haga al mismo tiempo; y lo que el Congreso acuerde, eso será lo legal y lo legítimo. He dicho. [496]



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL